
Vaya sorpresas que nos tiene preparadas la vida.
Jamás esperarías encontrarte a esa persona que has dejado de ver desde hace mucho tiempo. Caminar por una calle que no te es habitual. El cambiar a última hora la dirección de tus pasos. Llevar los pensamientos en voz alta. Y de pronto, ver que una camioneta se estaciona a tu lado y descubrir su sonrisa. El sentir sus palabras como antes y soñar que el tiempo no ha pasado. Después, tendrías que despedirte, escuchar tu nombre de sus labios y pensar que no te ha olvidado, que sigues siendo importante. Seguirías tus pasos. Pero ya con una sonrisa en tu rostro, la que te dejó él, al fin después de tanto tiempo.
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